domingo, 3 de junio de 2012

Aspectos de nuestra hípica



Hay medidas implementadas en el pasado que hoy necesitan ser revisadas por el simple hecho de que la hípica no es estática, es una actividad dinámica en donde las decisiones de hoy se ven distintas con el paso del tiempo, las circunstancias cambian, lo que hoy es bueno o parece lógico más adelante puede que no lo sea y a veces es contradictorio o perjudicial. En el hipismo la toma de decisiones tiene que ser pensando en las consecuencias a plazos cortos, medianos y largos, siendo preferible las que den beneficios estables y sostenibles en el tiempo.

En Venezuela se cerró la importación de ejemplares para correr (si no me traiciona la memoria en 1973) en lo particular nunca estuve de acuerdo, en su momento quizás fue bueno para algunos aspectos en particular. Hoy en día vemos como se han perdido oportunidades de incorporar a nuestra cría algunos de los protagonistas a nivel internacional. La importación permitía una continua rotación de ejemplares durante el transcurso del año, lo que hacia que el buen corredor se enfrentara durante su campaña a diferentes contrincantes procedentes de diferentes destinos, los ejemplares venezolanos presentaban su examen cuando corrían contra los importados y en muchos casos salían airosos incluso enfrentando a ganadores selectivos procedentes de otros países. Los ejemplares importados eran una permanente oferta para la cría nacional y fueron muchos los que dieron grandes aportes en este sentido.

Otro aspecto que se debe revisar y con más urgencia de lo que se imaginan, es la mendicación pre-carrera, por cierto muy cuestionada en el mundo hípico internacional, a la cual no se le evaluó sus consecuencias a largo plazo.

Solo me voy a referir a tres de las víctimas de esta medida; la primera es el caballo al cual se le irrespetan sus derechos de ser vivo, cuando se les mantiene en actividad a costa de los analgésicos y otros medicamentos que se enmascaran por el uso de la furosemida, la cual produce estragos en gran cantidad de ejemplares por sus efectos secundarios, los cuales muchas veces son ignorados hasta por los colegas a cargo de la salud de los caballos. Hemos visto como se destruyen ejemplares por la mendicación pre-carrera,  posibles ganadores de una triple corona no la alcanzan por el abuso de la misma, y cada vez son más los ejemplares que no terminan una competencia, gracias a su precaria salud atlética que se pretende ¨mejorar¨ con la mendicación pre-carrera.

La segunda víctima son los aficionados (apostadores), el más importante para el sostenimiento de la actividad hípica, pero en nuestro país es el más maltratado. Muchos pierden su dinero no por cosas del juego, si no por desconocimiento, ya que no saben si el ejemplar que están jugando se encuentra o no sobre medicado, el jugador no acierta por el azar pero en este caso pierde por no saber la verdad.

La tercera de las víctimas es el jinete, escogió una profesión de alto riesgo, donde se requiere de una excelente condición atlética que le permita disminuir la posibilidad de una caída, pero el peligro aumenta cuando monta un ejemplar que recibe medicación pre-carrera para aliviar alguna lesión que lo aqueja, la cual puede hacer crisis en plena competencia. Hemos visto rodar ejemplares que de no ser por la medicación pre-carrera no estuviesen siquiera en el hipódromo y de esta manera todos perdemos: el caballo, el apostador, el jinete, el personal de cuadra, el propietario, el criador y el espectáculo en general, el único beneficiado es el hipódromo que vendió la apuesta y no hay boleto ganador que pagar.

La solución no es criticar! Un gran avance sería que los criadores y propietarios reunidos en una gran asamblea, se planteen la problemática para conseguir una salida y ofrecerla a las autoridades hípicas de nuestro país.

Quizás lo más difícil será eliminar la medicación pre-carrera, pero sí comparamos el pasado con el presente, creo que no es imposible suspenderla paulatinamente. Por ejemplo: una opción es empezar anunciando con suficiente antelación (mínimo un año), que los potros de dos años no podrán correr bajo el régimen de la medicación pre-carrera, al año siguiente se extiende la medida para los tresañeros y así sucesivamente; someter las carreras selectivas a un régimen similar, para los dosañeros y tresañeros del siguiente año no habría problema, en las selectivas de tres y más años queda eliminada desde el mismo momento que esta involucre a los tresañeros, también se aplicaría según la jerarquía del hipódromo, así el que se vea afectado podría terminar campaña en otros hipódromos, que implementarían las mismas medidas en períodos de tiempo mayor.

Con respecto a la importación de ejemplares para correr, sugiero que se condicione la importación para caballos menores de un año los cuales se nacionalizarían, reservando esta importación de manera exclusiva por un tiempo determinado (cinco años), para los dueños de establecimientos de cría. El volumen de la importación no debería ser mayor al 20% de lo producido en el año anterior. Cobrar un impuesto por la importación, exportación y reexportación, ese dinero formaría parte del fondo de la prima al criador que se le otorgaría únicamente a los criadores de caballos nacionales, siempre que sean propietarios de un centro de cría.

Es un reto para los gremios de criadores y propietarios, donde demostrando unidad, e intención de impulsar la cría nacional, podrían las reglas del juego claras, bajo una condición que no se preste a dudas, y mucho menos en tela de juicio la seriedad, pulcritud y calidad de un bello espectáculo como son LAS CARRERAS DE CABALLOS.

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