Nuestro Hipismo

Nuestro hipismo viene adoleciendo de grandes fallas desde hace tiempo y cada día son más notorias por falta de voluntad para encarar el verdadero problema, poner las cosas en su lugar y conducir la actividad hípica hacia el desarrollo que se merece, al verla como una actividad que es importante fuente de trabajo de desarrollo turístico y de proyección internacional.

Últimamente se han tomado medidas que conducen hacia un mejor futuro, aunque no se le vea el resultado de inmediato, como por ejemplo:

Disminuir la retención que hace la casa vendedora (INH) sobre el total de la venta en la apuesta a ganador y así repartir más entre los apostadores ganadores, es una de las decisiones muy bien recibidas que ha tomado la nueva junta liquidadora, la misma fue aplicada con anterioridad pero dada marcha atrás por intereses particulares, ojalá esta vez en lugar de hacer lo mismo, se decida disminuir aun más el porcentaje de retención.

Otra medida muy importante es la de asumir la Superintendencia Hípica por parte de la junta liquidadora del INH, ya que según el decreto de liquidación, la Superintendencia Hípica no puede existir sin haber liquidado al INH y mucho menos funcionar en paralelo asumiendo funciones que le corresponden al Instituto, ya que la Junta Liquidadora asumió la dirección de la Superintendencia Hípica, sería muy bueno que consideren las tarifas cobradas a criadores y propietarios por el derecho de registrar sus ejemplares, establecidas por la anterior Dirección de la Superintendencia Hípica.

El vencimiento del contrato de  transmisión  de las  carreras y la no renovación por parte del INH, con la operadora que tenia la exclusividad, le da a este el derecho de divulgar el espectáculo que él promueve y ejecuta, en las condiciones que mas favorezca al  aficionado.

Faltaría recuperar la venta de las apuestas, hoy en día en manos de particulares, factor importantísimo para el futuro de la actividad hípica; pienso que entregarle la jugada a los particulares fue el más costoso de los errores cometidos.

El control de la jugada debe estar en manos de quien monta el espectáculo (en este caso el INH) y así revertir la relación del juego ilegal sobre el legal. De ser esto posible, los premios serían muy competitivos a nivel mundial  (a pesar de la devaluación de nuestra moneda) y los ingresos del INH serian más que suficientes para devolverle a las instalaciones de los distintos hipódromos nacionales, el esplendor con los que fueron diseñados, ya que son espacios de sano esparcimiento para toda la familia.

Para tener el control de la jugada, es necesario que se promulgué una ley que proteja al ente que monta el espectáculo, y la jugada paralela ser un delito debidamente tipificado en la  misma, y así poder sancionar con rigor a quienes pretendan usurpar las funciones propias y exclusivas del organismo que monta el espectáculo. Para ello se necesita, voluntad política y la consideración por parte de la Asamblea Nacional, de que la actividad hípica, aparte de ser una muy importante fuente de trabajo, es un deporte de sano esparcimiento que atrae pasiones, turismo y nos da proyección internacional.

Otro factor importante es el darle más apoyo a los hipódromos de provincia, el centralismo a hundido al principal hipódromo del país (La  Rinconada), en una inoperancia tal que parece más anarquía que otra cosa, y a los hipódromos del interior en un inframundo de hipismo. La Rinconada necesita de los hipódromos del interior como alternativa para todas las partes, que por una razón u otra tienen que salir o iniciarse fuera de esta y así desarrollar oportunidades en otras localidades.

Otro aspecto muy importante es convocar a los gremios: criadores, propietarios, entrenadores y veterinarios, para de una vez por todas eliminar vía reglamento la medicación pre carrera, de forma gradual y consciente para no perjudicar a ninguno y darle más claridad a la actividad hípica, proteger a los caballos, jinetes y a los que verdaderamente sostienen el espectáculo " los aficionados".