Esto sucedió en el siglo XVII, cuando llegaron a Inglaterra los sementales Darli Arabian, Godolphin Arabian y Byerly Turk, gracias a las buenas relaciones entre la corona inglesa y los jeques árabes de la época. Los descendientes de estos cruces fueron lo que se conoce en genética individuos F1 (son los hijos de dos razas diferentes) el cruce entre estos F1, a veces incestuoso (cruce entre individuos de ancestros comunes en sus más cercanas ascendencias) originaron al purasangre de carreras; ya para el siglo XVIII se tenían registros de estos cruces y sus descendencias, el repetitivo cruce entre estos fue creando líneas con determinadas características, la selección y apareamiento entre ellos fueron formando al purasangre de hoy en día, es la selección de estas características y el cruzamiento entre individuos descendientes de ancestros comunes lo que se hace actualmente.
De estos cruces al principio se registraban los nombres de los padres que eran conocidos (los sementales árabes), no el de las madres que eran yeguas normandas sin registro, pero al pasar el tiempo se registraron el de las yeguas que se conocía su origen, con el correr de los años estos cruces consecutivos dieron a tres sementales que formaron la raíz del actual purasangre de carreras: Eclipse, descendiente de The Darley Arabian, Herod, descendiente de The Byerly Turk y Matchen que descendía de The Godolphin Barb; de estos tres el más prolifero y que hoy en día posee una mayor influencia es Eclipse, gracias a que fue capaz de transmitir a una gran mayoría de sus descendientes esa peculiar "calidad corredora" que demostró a la hora de competir, y producir un número considerable de hijos capaces de seguir transmitiendo esas cualidades que lo destacaron por encima de los demás.
Seleccionamos los individuos y sus características más resaltantes para conseguir a otro mejor, pero esto no siempre ocurre así ya que la segregación de los genes ocurre al azar y no siempre se logra la mayor concentración de genes deseables, cuando hacemos el cruce, se escogen a los individuos que demuestran en la competencia cierta superioridad y que sean capaces en la cria de producir hijos que sobresalgan en las pistas.
Algo que es muy peculiar en la cría del purasangre de carreras es que no se permite la inseminación artificial, la reproducción ha de ser por monta natural, sin ningún tipo de artificio que suplante la capacidad del semental de cubrir a la yegua.
En el caballo de carreras no existe una característica fenotipica que nos garantice la buena capacidad corredora, por eso encontramos campeones de distintos pelajes, que en el purasangre de carreras, son cuatro: alazán, zaino, castaño, moro o tordillo; también los encontramos grandes, con alzada de más metro sesenta y peso físico de más de quinientos kilos; los hay pequeños, con alzada menor a un metro sesenta y peso físico cercano a los cuatrocientos kilos o menos. La conformación física, y principalmente los aplomos de sus miembros tampoco son una constante, pero si nos permite "presumir" su durabilidad como atleta.