viernes, 29 de julio de 2016

Reapareciendo

Después de algún tiempo vuelvo a escribir, este año 2016 se cumplen cuatro de haber escrito en mi blog sobre el caballo Prendase (Embrujo), en esa oportunidad les dije que de esa historia nacía otra, es entonces esa la que quiero compartir con ustedes.                                                                                                                                                       

Prendase lo operó el Dr. Pablo Izaguirre médico cirujano traumatólogo muy amigo de José Federico Sicardi (dueño de Prendase) y de ahí nació la promesa de Sicardi de regalarle un hijo de este al Dr. Izaguirre de la primera producción del caballo; el día de la elección fue un acontecimiento, el Dr. Izaguirre fue hasta el Haras Ranco (Ocumare del Tuy) acompañado del Sr. Sicardi y el Dr. David Itriagos (quien fuese  su asistente durante la cirugía). El Dr. Izaguirre era un desconocedor en la materia de evaluar a un caballo de carreras, y con una gran humildad preguntó cuál era el de menor valor ya que el no deseaba perjudicar al Haras eligiendo el de más valor, se le explicó cuál sería el cabeza de lote (que es como se identifica al potro de más valor para las subastas) pero que igualmente era libre de seleccionar el que más le gustara y decidió elegir quizás el potro de menos atractivo físico, a pesar de las insinuaciones de los presentes ese fue el seleccionado. El potro elegido por el Dr. Izaguirre era hijo de Prendase en la yegua Barkera, tenía  un buen origen pero no era muy agraciado físicamente; de sus padres vino el nombre: Prenbark.                                                                                                                         

Al poco tiempo llegó la hora de enviar a Prenbark al hipódromo, donde lo recibió Abigail Colmenares, entrenador venezolano quien con el tiempo demostró ser uno de los más respetados y efectivos entrenadores en Venezuela, por sus asiduos triunfos clásicos y su reconocida capacidad para elegir potros que se convirtieron en campeones. Superada la doma se inició el trabajo de entrenamiento, pero Prenbark solo demostraba correr muy despacio, se hicieron distintas pruebas de implementos de técnicas de entrenamiento pero Prenbark no daba muestras de mejoría, solo un jockey le tenía fe y era Luis Bolívar. Abigail cansado de buscarle la vuelta al potro y no lograr nada positivo, decide hablar con los allegados al potro, mi padre Otto Rahn (criador), su socio el Sr. Federico Sicardi (criador), el Dr. David Itriagos (veterinario) y por supuesto el Dr. Izaguirre (propietario), organizan una reunión en una mañana de traqueos en el Hipodromo La Rinconada (Caracas) para ver trabajar a Prenbark y tomar una decisión, como lo preveía Colmenares el trabajo fue algo más que decepcionante, también se escuchó la opinión del jinete, Luis Bolívar, quien insistía que el ejemplar no era tan malo como lucia en los trabajos, el Dr. Izaguirre concluyó que la opinión del jinete valía mucho, ya que era quien estaba más cerca del caballo al momento de correr y podía sentir con más claridad lo que este decía durante la carrera. En vista de esto se decidió debutar a Prenbark y desde ese mismo momento dijo que sería un excelente corredor, lo demostró con una campaña ganadora y con figuraciones clásicas que no fue más amplia y éxitosa debido a las múltiples lesiones que minaron la salud del caballo.

Una historia que deja mucho para reflexionar acerca del profesionalismo, amistad, humildad, constancia, perseverancia, respeto y trabajo en equipo, cuando se involucran hombres de buena voluntad.